Desde el corazón ganadero del norte de la isla, San José de Caideros, parte esta ruta que nos conduce a través de antiguos caminos rurales, entre castaños centenarios, miradores naturales y bancales agrícolas que aún conservan el sabor del pasado. La primera parte del camino asciende suavemente por los Altos del Castañero, una zona fresca y umbría que ofrece vistas espectaculares del macizo central de la isla. Tras coronar el punto más elevado, iniciamos el descenso hacia Majada Grande, y desde allí seguimos bajando hasta el encantador caserío de Montaña Alta, uno de los balcones naturales más bonitos de la comarca.
Una parada en el Mirador de Montaña Alta nos regala postales inolvidables del norte de Gran Canaria, con el océano fundiéndose en el horizonte. Desde aquí, el sendero serpentea cuesta abajo hacia El Junquillo, hasta llegar al destino final: el área recreativa de Santa Cristina, un lugar ideal para terminar la jornada con un descanso entre eucaliptos y mesas de picnic. Una ruta que combina lo mejor de la media montaña norteña con historia rural, paisajes verdes y rincones auténticos poco transitados.
La ruta comienza en el pequeño caserío de Caideros, en la medianía del noroeste, una zona tradicional de agricultura y ganadería. El recorrido atraviesa de oeste a noreste los municipios de Gáldar y Santa María de Guía, cruzando diversos barrancos hasta llegar al Área Recreativa de Santa Cristina.
Desde el inicio se cruza el Camino de Santiago en la Montaña Acebuche, y se continúa por las cabeceras de barrancos emblemáticos como Los Manantiales, Inciensal y Marqués de Abajo. Luego se alcanza Montaña Alta y su famosa Casa del Queso. Desde allí, tras disfrutar de vistas excepcionales, comienza un descenso suave pero continuo entre lomas y cultivos de hortalizas que conduce al punto final.
La dificultad es media y la ruta está diseñada para un público amplio, sin pasos técnicos ni tramos peligrosos. Como siempre, se exige llevar al menos 2 litros de agua, protección solar, gorro/gorra y ropa adecuada a las condiciones meteorológicas. Pueden participar menores a partir de 16 años si van acompañados. Se recuerda la importancia de seguir todas las indicaciones del equipo de guías.
Dificultad técnica: Media: Senderos rurales bien marcados, pero con tramos de fuerte pendiente y firme irregular. El terreno puede estar resbaladizo si hay humedad.
Dificultad física: Media: Desnivel relevante (+513 / -755 m) en una distancia de 10 km. Requiere resistencia, pero no es técnica en exceso ni presenta pasos complejos.
Caideros – Mirador de Montaña Alta – Altos de Guía y Gáldar – Reserva Natural Especial de El Brezal
El barrio de San José de Caideros, en el municipio de Gáldar, es uno de los enclaves rurales con mayor identidad etnográfica del norte de la isla. Conocido por sus tradiciones ganaderas, su vinculación con la producción de queso de flor y por acoger la célebre romería del mismo nombre, Caideros ofrece un entorno rural auténtico, rodeado de montañas suaves, casas tradicionales y terrazas agrícolas. El nombre hace referencia a los “caideros” o zonas escarpadas por donde discurren las aguas de lluvia y pequeños barrancos. Aquí se puede interpretar el modelo de poblamiento disperso típico de las medianías, la arquitectura campesina y la importancia de la ganadería caprina en la economía local. Su paisaje y vida cotidiana lo convierten en una puerta ideal para iniciar una ruta cargada de memoria y cultura viva.
El Mirador de Montaña Alta, situado en el caserío del mismo nombre en el municipio de Santa María de Guía, es uno de los puntos más fotogénicos del norte insular. Desde esta atalaya natural se dominan los barrancos, colinas y lomas del noroeste de Gran Canaria, e incluso se vislumbra la costa y el Atlántico en días despejados. Además del valor escénico, este lugar ofrece la oportunidad de contextualizar la geografía de la zona: la red de caminos antiguos, las rutas de trashumancia y los límites históricos entre municipios. También es un excelente punto para hablar sobre la cultura quesera local, ya que Montaña Alta es una referencia en la producción del queso de flor, un producto con Denominación de Origen Protegida.
Esta zona, a caballo entre los términos municipales de Guía y Gáldar, ha sido históricamente una de las más activas en la práctica del pastoreo tradicional. Las cumbres suaves, la vegetación rica en pasto y la proximidad a núcleos rurales han favorecido el desarrollo de una cultura ganadera profundamente arraigada. A lo largo del recorrido es posible ver antiguas majadas, pequeños corrales, queserías familiares y senderos que utilizaban los pastores para mover sus rebaños. El queso de flor, elaborado con cuajo vegetal a partir de la flor del cardo, es un símbolo de esta tradición, así como el uso de la cueva para el afinado del producto. Este punto invita a hablar del paisaje cultural, del saber hacer heredado y de la economía rural sostenible.
La Reserva Natural Especial de El Brezal es uno de los últimos reductos del fayal-brezal en Gran Canaria, un ecosistema de transición entre la laurisilva y los pinares que fue mucho más extenso en tiempos pasados. Este espacio natural protegido alberga especies vegetales únicas como el brezo (Erica arborea), el faya (Morella faya), helechos y una variada comunidad de aves e invertebrados asociados a este hábitat húmedo de medianías. Además de su valor ecológico, El Brezal tiene un gran interés cultural, ya que muchos de sus senderos eran utilizados históricamente por ganaderos, leñadores y agricultores. En el tramo final de la ruta, su vegetación densa y el frescor ambiental contrastan con los paisajes anteriores, ofreciendo un cierre perfecto a la experiencia. Este entorno permite reflexionar sobre la conservación de la biodiversidad insular, el impacto del cambio climático y la importancia de los espacios naturales como refugio de vida y memoria del paisaje original canario.
Esta ruta comienza en lo alto del majestuoso Pinar de Tamadaba, uno de los espacios naturales más antiguos y mejor conservados de Gran Canaria, dentro del Parque Natural del mismo nombre.
Esta ruta comienza en el corazón espiritual de Gran Canaria: la Villa Mariana de Teror, punto de partida cargado de historia, fe y cultura.
Desde el corazón ganadero del norte de la isla, San José de Caideros, parte esta ruta que nos conduce a través de antiguos caminos rurales, entre castaños centenarios, miradores naturales y bancales agrícolas que aún conservan el sabor del pasado.
Esta ruta lineal conecta el núcleo tradicional de Tunte (San Bartolomé de Tirajana) con el fondo del espectacular Barranco de Fataga, concluyendo en el poblado aborigen de Arteara.
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